El lunes 6 de abril comienza el plazo de presentación telemática de la Declaración de la Renta de 2021. Como contribuyentes, hemos de ser capaces de encontrar un marco legal al que ceñirse y con el que conseguir explotar al máximo las reducciones y deducciones. Asi nos permitirán ahorrarnos dinero a la hora de ajustar cuentas con Hacienda.
La búsqueda de un ahorro es algo que siempre persiguen los contribuyentes, pero que sin duda, se ha visto incrementado. El motivo es debido a la reciente situación de crisis en la que nos hemos visto inmersos. Persiguiendo obtener las mayores deducciones en cuota posibles acorde a nuestras circunstancias personales y profesionales.
Presentar la declaración se convierte en un hervidero de cabeza para la mayoría de nosotros. A continuación, te ofrecemos una serie de consejos que te facilitarán su presentación. En ellos se incluyen los puntos fundamentales a tener en cuenta para minimizar todo lo legalmente posible la cuota diferencial:
Deducciones autonómicas
Dentro de cada comunidad autónoma hay un listado de los gastos que son deducibles para los contribuyentes. Por lo que es fundamental asegurarse de a cuáles se tiene derecho antes de realizar el borrador de la renta.
El abono de transporte público, la ayuda domestica o los gastos educativos en enseñanza o guardería son un ejemplo de los posibles gastos. Dependiendo de la comunidad, podrás deducirte con ciertos límites.
Vivienda.
Si adquiriste una vivienda con hipoteca antes del año 2013, tienes derecho a aplicar en tu declaración de la renta la deducción por inversión en vivienda habitual. La deducción alcanza el 15% de la cantidad que se invirtió, con un límite máximo de 9.040 euros.
Aportaciones a planes de pensiones
En 2021 se redujeron a 2.000 euros el máximo de aportaciones personales con el limite del 30% de los rendimientos del trabajo y resto de actividades económicas. Adicionalmente, se prevé que los Presupuestos Generales del 2022 rebajen de nuevo el limite a los 1.500 euros.
Compensaciones de pérdidas y ganancias
Se permite la compensación de ganancias de acciones u otras inversiones en Bolsa con las propias perdidas que se hayan obtenido en el año. Para así pagar menos impuestos por el beneficio obtenido.
Como contraprestación al beneficio de esta deducción, se establece la prohibición de no adquirir en al menos los dos meses siguientes a la venta nuevos valores, como medida contra el fraude fiscal.
Salarios en especie
Realizar un cambio en el método de retribución habitual y abandonar en ciertos casos el salario en metálico al que estamos habituados por el especie es una forma sencilla de ahorrar en impuestos. Hay ciertos servicios, como los vales de comida o los cheques de transporte que están exentos de pagar IRPF.
Comunicación y actualización de los cambios familiares o del estado civil
La situación familiar es una de las posibilidades mas habituales para que se produzca un cambio significativo con el que poder ahorrar en la declaración. El nacimiento de un hijo, el reconocimiento de un cierto grado o tipo de discapacidad… pueden ser situaciones que den lugar a deducción en el IRPF. Además, determinadas situaciones familiares, como necesidades especiales o familias numerosas, pueden suponer deducciones en tu declaración.
Donativos a ONG, fundaciones y entidades sin ánimo de lucro
Se pueden deducir hasta un 80% sobre los 150 euros y un 35% cuando excede de esa cantidad cuando realizas un donativo. Y aun con mas motivo si lo haces siempre a las mismas entidades.
Amortización de la hipoteca
Si eres beneficiario de la deducción por compra de vivienda habitual, obtendrás una considerable disminución en la declaración de la renta si amortizas tu hipoteca antes de que acabe el año.
Consiste, fundamentalmente, en disponer de una vivienda de no mas anterioridad a 2013, con la cual podrás deducir el 15% del precio de adquisición sobre el límite de 9.040 euros. Por ello, amortizando anticipadamente hasta llegar a ese límite nos permitirá aprovechar de forma integra la deducción.
Deducciones para arrendadores
Los gastos hechos en IBI, seguros o comunidad, así como los gastos de reparación y conservación o los intereses de un préstamo, son deducibles sin que puedan generar un rendimiento que sea negativo.
Para disfrutar de todas las deducciones anteriores, aparte de las autonómicas de cada comunidad, es fundamental conservar todos los justificantes, como recibos de pago, de los posibles gastos deducibles por si hubiese cualquier tipo de inconveniente a la hora de presentar la declaración.