Apostar por la creación de un negocio no es una tarea fácil. Muchas son las decisiones que se deben tomar y elegir las opciones correctas para tu proyecto futuro en el momento de su creación es un factor determinante para garantizar su éxito.

Elegir la forma jurídica con la que constituir tu nuevo negocio es posiblemente la tarea más importante que tomar. En España, son varias las opciones por las que apostar. Sin embargo, si hay un modelo que está siendo más que demandado en los últimos años -a pesar de tan solo llevar activo en el país dos décadas- es el conocido como Sociedad Limitada de Nueva Empresa (SLNE). Un tipo de sociedad prácticamente desconocida hasta ahora pero que cada vez está teniendo más fuerza debido a sus prestaciones y adaptabilidad.

La Sociedad Limitada de Nueva Empresa podría considerarse como la figura jurídica más flexible de las sociedades ya que con ella se puede cambiar la actividad del negocio en cualquier momento sin necesidad de modificar sus estatutos.

Esto la hace un modelo perfecto para adaptarse al contexto actual del tejido empresarial español que se caracteriza en los últimos años por ser cambiante y por sufrir una continua diversificación de las actividades empresariales gracias al desarrollo.

Requisitos y gastos de una Sociedad Limitada de Nueva Empresa

El primer requisito fundamental para la creación y constitución de una sociedad es el capital social a aportar en el momento de su creación. En la SLNE, su mínimo es tan solo de 3.000 euros y su máximo de 12.000 euros.

El capital siempre es repartido entre los socios participantes (que no pueden exceder de las cinco personas) y en el caso de que se produzca una quiebra o se decida acabar con la vida de la empresa, los socios tan solo tendrán que responder por el capital social aportado.

Trámites necesarios para constituir una Sociedad Limitada de Nueva Empresa

Su tramitación se realiza de la misma forma que cualquier otro tipo de empresa de características sencillas. El primer paso se debe obtener el Número de Identificación Fiscal que es otorgado por la Agencia Tributaria de forma automática; luego debe realizarse la Escritura Pública ante un notario; abonar los impuestos que sean necesarios como el de actos jurídicos documentados (IAJD) o el de patrimonio en el caso de que proceda y finalmente inscribir la sociedad en el Registro Mercantil.

Ventajas y Desventajas: ¿qué modelo de negocio se ajusta más a su perfil?

Como comentábamos con anterioridad, la mayor ventaja que puede ofrecer este tipo de sociedad es la flexibilidad a la hora de cambiar la actividad a desarrollar por la empresa. Su objeto social es genérico, permitiendo así el cambio sin necesidad de modificar los estatutos.

Es perfecto para sociedades que cuenten con pocos socios (recordemos que no puede exceder de cinco), no es necesario disponer de libro de registro de socios y permite -durante los tres meses posteriores al nacimiento del negocio- cambiar la Convocatoria de Junta General de la Empresa sin necesidad de publicación en el Boletín Oficial del Registro Mercantil. También se puede modificar durante el mismo periodo la denominación social de la empresa además de que a nivel fiscal cuentan con la ventaja de poder aplazar el pago del impuesto de Sociedades, el de Transmisiones Patrimoniales y el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados.

Sin embargo, como todos los modelos de sociedad, también tiene sus desventajas. Al igual que las sociedades limitadas no puede cotizar en bolsa además de la imposibilidad de aumentar la cantidad de socios una vez alcanza los cinco miembros.

A estos inconvenientes también hay que añadirle el hecho de que su volumen de facturación nunca generará beneficios lo suficientemente altos como para que la empresa pueda beneficiarse de ventajas fiscales como los del impuesto de sociedades.